GNOSIS
DESDOBLAMIENTO ASTRAL A EGIPTO
Por: samael aun weor
DESDOBLAMIENTO ASTRAL A EGIPTO
Por: samael aun weor
PREGUNTA
Cierta ocasión en que
trataba de hacer ejercicio de meditación en el campo, me sentí salir del cuerpo
como si me estremeciera; de pronto sentí que volaba a grandes velocidades
llegando en un par de segundos a Egipto; descendí muy cerca de la Esfinge
sintiendo el calor de la arena en la planta de los pies, pudiendo tocar las
enormes y carcomidas piedras del gigantesco monumento, fue una gran sorpresa
para mí el ver tan claro panorama y tan vívida percepción del cielo y una tenue
brisa que venía del río Nilo que movía unas grandes y delgadas palmeras.
Después de un breve
descanso, sentí una especial atracción que me hizo elevarme del piso hasta
flotar aproximadamente a la altura de la nariz de la Esfinge, en la cual había
una pequeña cavidad por donde penetré hacia una escalera que descendía en forma
muy estrecha y seguía una cámara donde se encontraba un guardián vestido con un
mandil, sandalias doradas, un tocado en la cabeza con una diadema dorada que
semejaba una cobra en actitud de picar, en la mano derecha una lanza que me
impedía pasar; sus ojos eran de un azul verde muy penetrante y su piel morena;
no pronunció ni una sola palabra, solamente me examinó y me hizo un saludo de
pase el cual contesté; se sonrió y recogiendo la lanza me hizo pasar con una
amable reverencia; penetré en una gran cámara donde se oían unos cantos muy
leves de un coro que pronunciaba oraciones en forma de cantos deliciosos.
Había en el ambiente
un humo de incienso de color rosado, el cual olía a un extracto de rosas rojas
y que hacía vibrar mi cuerpo de pies a cabeza; había también muchos símbolos
egipcios en las paredes, que a pesar de no entender me eran muy familiares;
después de ver el rico decorado de aquella cámara, que indudablemente debe ser
un Templo muy especial, sonó un gong y aparecieron tres Maestros los cuales
tenían un rostro apacible y venerable, pero la mirada muy penetrante; dos de
ellos venían vestidos de amarillo y uno con túnica blanquísima; después de
saludarme me dieron la bienvenida con un abrazo muy fraternal.
Luego oficiaron una
misa en un altar que había entre dos columnas enormes con un gran escarabajo de
oro que resplandecía entre el humo del incienso; después se iluminó una pileta
de agua cristalina que antes no había notado; me acercaron a ella y empecé a
verme con un rostro horriblemente negro y barbado como de orangután; luego vi
muchos pasajes de mi vida en donde cometí toda clase de pecado; terminé
gimiendo y llorando.
Después me
amonestaron y me dieron consejos en forma simbólica, entregándome un escarabajo
de oro macizo; lo pusieron en mi mano derecha cerrándomela y pronunciando unas
palabras que yo no entendí, diciéndome que lo conservara y me hiciera merecedor
de tenerlo siempre a mi lado; después me bendijeron y regresé a mi cuerpo,
despertando instantáneamente muy impresionado y sin que hasta la fecha se me
olvide ningún detalle.
¿Podría usted decirme
que sucedió y qué significado tiene todo esto para mí?
RESPUESTA
Con mucho gusto
contestaré a su pregunta.
A todas luces resalta
con entera claridad meridiana un desdoblamiento.
Usted quedó dormido
mientras meditaba y oraba y entonces su alma salió del cuerpo y fue a dar a
Egipto, la Tierra Sagrada de los Faraones.
Quiero que usted
comprenda que entró espiritualmente al Templo Misterioso de la Esfinge.
Me alegra mucho el
que haya descubierto una puerta secreta en la misma nariz de la Esfinge.
Es obvio que no se
trata de una puerta física, material; es más bien una puerta invisible para los
sentidos físicos, pero perfectamente visible para la inteligencia y el corazón.
Es ostensible que el
Templo de la Esfinge tampoco se encuentra en este mundo físico; se trata de un
Templo invisible para los ojos de la carne, pero totalmente visible para los
ojos del Espíritu.
Lo que le sucedió a
usted es algo muy similar a la experiencia aquella de San Pablo, el cual, como
es sabido, fue llevado a los cielos y vio y oyó cosas que a los hombres no les
es dable comprender.
No hay duda de que
usted en una pasada existencia fue Iniciado en los misterios Egipcios y debido
a esto se le llamó en el Templo.
Por eso, por esa
llamada que le hicieron cuando usted estaba en meditación, fue precisamente a
dar allí.
Asistió usted
espiritualmente a un ritual Egipcio; vio y oyó a los Sacerdotes del Templo;
escuchó sublimes cánticos y vio en el agua a su YO PECADOR y a todos esos
delitos que usted ha cometido.
No hay duda de que se
vio a sí mismo bastante feo; es que uno se vuelve así de horrible con los
pecados.
Le entregaron un
escarabajo sagrado, de oro puro, símbolo maravilloso del alma santificada; eso
es todo.
Espero que usted,
caballero, me haya comprendido; es indispensable que se resuelva a seguir el
camino de la santidad; que se arrepienta de todos sus errores.
samael aun weor
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